La victoria del fracaso

La victoria del fracaso solo puede ser posible, si es que nosotros y solo nosotros lo permitimos. Lo que suena a una frase cliché, es en realidad una gran verdad que sin ser el santo grial de la vida, es una filosofía que puede ayudarnos a seguir nuestro camino sobre todo si somos escritores o si queremos serlo.

Hay que ser sincero, la carrera de escritor (hablando de carrera como tal, es decir el poder vivir y vivir bien del oficio de escribir) es algo reservado a pocos. Dirán que son muchos y si los son, pero si vemos la cantidad de escritores que viven de la escritura comparado con la cantidad de personas que desearían serlo, veremos cuan pocos hay. Pero los hay y eso es lo importante.  Y, al fin y al cabo, la pasión de escribir no es motivada por el dinero ni por la ambición (o no debería serlo) sino por ese algo que solo un escritor de corazón puede entender. Sin embargo, algo hay que reconocer. Lo escritores conocidos y que viven de su oficio no han llegado a ese lugar anhelado dejando textos inconclusos o por descuidados en su trabajo. No están ahí por acostarse temprano todos los días, ni por decir “mañana escribiré”. Sino, que aun que no hayan tenido el talento de un Cortázar o un Cervantes, han podido acabar lo que han empezado y sobretodo han tenido el valor de reconocer sus errores y corregirlos, empezando muchas veces de cero o intentando algo nuevo, dejando el miedo al fracaso en un segundo plano.

Existen escritores que no tienen miedo a seguir un patrón o un modelo a seguir, bien sea impuesto por la editorial o por ellos mismos. Vemos el caso de autores de Best-Sellers como Dan Brown (solo por mencionar uno de los más conocidos). ¿Hay alguna diferencia grande en alguno de sus cuatro libros sobre el profesor Langdon? Todos siguen la misma línea, la misma trama. Y si bien el tema puede cambiar, tanto el personaje como el libro no lo harán. Funciona, sin lugar a dudas para un escritor como el. ¿Miedo al fracaso? Lo dejo como pregunta abierta.

Pero existen otros muchos escritores que intentan ideas nuevas, maneras nuevas, temas nuevos. Que se reinventan a sí mismos en cada uno sus libros, obras o poemas y que buscan siempre aquel premio inalcanzable que es el del escrito perfecto, entendiendo que a veces sol el camino es lo perfecto pero que bien vale la pena el esfuerzo.  Solo por poner un ejemplo me viene a la cabeza a las primeras décadas de Mario Vargas Llosa, versátil tanto el relato corto, como el ensayo la novela o el teatro.

Porque al final de todo la pregunta es ¿Por qué escribimos? Claro que para nosotros mismos pero también para ser leídos. Pienso que cualquier persona que niegue eso, se está engañando a sí misma.  Y nuestros lectores, así como el tiempo, cambian y merecen ser tratados de la misma manera. Entonces, solo existe un camino y es el camino que tenemos al frente.

El miedo al fracaso, ha motivado a muchas personas a no probar cosas nuevas o creer que irse por caminos poco conocidos los llevara a la ruina. Y podría ser así, después de todo, no hay nada seguro en este mundo y nunca lo habrá. Pero también podríamos encontrar en ese nuevo camino justo lo estábamos buscando. ¿Nos aferramos con uñas a la novela? Quizás nuestro destino es ser poeta. ¿No queremos escuchar la palabra poesía? Quizás tengamos talento para eso ¿No queremos ni oír el termino ensayo? ¿Y qué pasaría si lo hacemos y descubrimos que somos geniales haciéndolo?

Quiero poner especial atención a una reflexión, aunque me vuelva a repetir haciéndolo y es el hecho de que en verdad puede dado de que fracasemos, si medimos el termino fracaso en cantidad de lectores o copias vendidas.  Puede que le pongamos la mejor de las intenciones y sin embargo, nuestro novela, cuento o poema no sea del gusto de todos. ¿Y qué? ¿Tiraremos la toalla solo por el primer golpe?

Leí una voz que uno solo puede considerarse un escritor si ha sido rechazado varias veces, después de todo si todos los conocidos escritores han sido rechazados ¿Por qué esperamos algo diferente nosotros?

Es ahí donde en verdad notamos que tanto nos dedicamos a este oficio tan pocas veces bien remunerado (y no hablo solo de dinero). Pero cuando la pasión de una letra escrita, de un dialogo bien trabajado y sobretodo el gran sabor a manjar que deja una obra bien escrita, se nos mete en el alma y nos hace saber que en verdad podemos ser lo que pensamos, es cuando verdaderamente nos damos cuenta de lo que podemos ser. Pero debemos estar preparados a los golpes que nos da la vida y solo yendo hacia adelante, escribiendo cada día con más pasión, probando cosas nuevas, abriendo nuestra mente a este mundo de fantasía maravilloso es que podemos ver al final, que todo esfuerzo mereció la pena y que la victoria del fracaso no ganara la batalla y que a pesar de todo seguimos adelante.

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